ASTM-newLogoASTM-newLogo

Dec 23, 2020

Mientras escribo, en las noticias hay docenas de titulares sobre drones. Por ejemplo:

“Cada vez hay mayor interés industrial en sistemas aéreos no tripulados”

“Senador de los Estados Unidos alienta la propuesta sobre perimetraje obligatorio de drones”

“Derribar drones en la playa termina en condena a prisión”

“Hombre frente a los drones frente a la ley”

Claramente, la presencia de drones es cada vez más frecuente, así como lo es la variedad de respuestas de las personas de este campo, desde simples ciudadanos hasta líderes industriales y legisladores. Algunos usos de los drones son claramente beneficiosos: salvan vidas mediante el reconocimiento del campo de batalla o asumen la tarea sucia y peligrosa de la fumigación de cultivos. Otros usos más cuestionables por parte de civiles del sector privado pueden generar reacciones subidas de tono de vecinos sorprendidos.

Como consumidores de noticias en lo que aparenta ser el apogeo de los drones, podemos excusarnos por pensar que los drones representan una tecnología muy reciente que acaba de lanzarse al mundo. No obstante, como editora de larga trayectoria en esta revista, tengo más para decir.

En 2003, escribimos por primera vez sobre el desarrollo de normas para los sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS, por sus siglas en inglés). En la edición de SN de diciembre de ese año, presentamos a los lectores el nuevo Comité F38 de ASTM sobre estos sistemas. La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, que acababa de implementar las normas de ASTM para el uso de aeronaves ligeras deportivas, sabía que el establecimiento de normas sobre aspectos críticos de los sistemas de aeronaves no tripuladas facilitaría la introducción de estas aeronaves para uso civil en el espacio aéreo de los Estados Unidos.

En 2010, la Administración Federal de Aviación seleccionó oficialmente al Comité F38 para desarrollar una base normativa a fin de permitir el uso de pequeños sistemas de aeronaves no tripuladas para operaciones comerciales en los Estados Unidos. Esta tarea aún continúa.

En la docena de años posteriores a la fundación del Comité, las partes interesadas (tanto del sector público como del privado) del Comité F38 han desarrollado casi dos docenas de normas para operaciones de vuelo y aeronavegabilidad de los sistemas de aeronaves no tripuladas.

Recién comienza el debate público sobre las implicancias de los drones en el espacio aéreo civil. Las normas recorrerán un largo camino para informar ese debate y ayudarnos a determinar cómo pueden coexistir pacíficamente estos sistemas de aeronaves no tripuladas con otros objetos voladores y con nuestras necesidades humanas de seguridad, protección y privacidad.

Maryann Gorman
Jefa de Redacción

ISSUE: 

September / October 2015

COMMITTEE: 
CATEGORIES: nota del editor